SOCIOLOGÍA DE LA
EDUCACIÓN
“SOCIOLOGÍA CONTEMPORANEA”
NEOPOSITIVISMO
A comienzos del siglo XX, el positivismo tuvo una
renovación –conocida como empirismo o positivismo lógico y también como
neopositivismo-, debido a la incorporación de técnicas de análisis lógico del
lenguaje. Influido por las filosofías del atomismo lógico de Russell y
Wittgenstein, que sostenían que al lenguaje significativo le subyace, más allá
de las apariencias, una estructura de orden lógico que se comporta en términos
veritativo funcionales, es decir, en la que el sentido de las expresiones
complejas depende de las expresiones simples contenidas en ellas, en la medida
en que la condición de verdad de cualquier proposición compleja con sentido. El
atomismo lógico de Wittgenstein en el Tractatus logico-philosophicus
proveía también una explicación de las verdades lógicas y matemáticas,
compatibilizable con los principios empiristas. Las verdades lógicas, sostenía
Wittgenstein, son “independientes de la experiencia”, pero no se fundamentan en
una forma de experiencia diferente a la ordinaria (como la intuición cartesiana
o las intuiciones puras de Kant), sino que son vacías de contenido, verdaderas
debido a su forma, en cualquier configuración del mundo empírico.
Los positivistas lógicos,
suscribiendo a este análisis del lenguaje, creyeron que era posible describir
un criterio empirista de significación. Así sostuvieron que “El significado de
una proposición es su método de verificación”, lo que, para las proposiciones
complejas es su análisis lógico, y para las proposiciones simples o atómicas,
consistiría en la indicación de las condiciones perceptivas que las harían
verdaderas. Muñidos de estos elementos, desarrollaron un ataque a la metafísica
de amplísimos efectos en el mundo académico de la primera mitad del siglo XX,
que incluía analizar si las proposiciones que aparecen en los textos
filosóficos (es célebre en análisis de Carnap de enunciados de Heidegger como
“La nada nadea”) pueden comprenderse en términos de enunciados compuestos por
enunciados atómicos unidos por conectivas lógicas veritativo-funcionales, cuyos
enunciados simples satisfagan el criterio de significatividad empírica. En caso
de que no sea posible, sostienen los positivistas lógicos, dichos enunciados
carecen de sentido, reconociéndoles a lo sumo un valor emocional.
ESTRUCTURAL-FUNCIONALISMO
Las
expresión más acabada de la teoría estructural-funcional de Parsons se manifestó
a principios del decenio de 1950 en varias de sus obras, notablemente en The
Social Svstem [El sistema social] (1951). En ésta y otras obras Parsons se
centró en el estudio de las estructuras de la sociedad y la relación entre
ellas. Percibía que estas estructuras se mantenían recíprocamente y tendían
hacia un equilibrío dinámico. El interés fundamental se centraba en el modo en
que el orden se mantenía entre los diversos elementos de la sociedad. El cambio
constituía un proceso ordenado, y al final (1966, 1971), Parsons adoptaría una
perspectiva neo evolucionista del cambio social. A Parsons no sólo le
preocupaba el sistema social per se, sino también su relación con los
otros sistemas de acción, en especial los sistemas cultural y de la
personalidad. Pero su idea básica de las relaciones intersistémicas era
esencialmente la misma que su concepción de las relaciones intrasistémicas: es
decir, que se definían por la cohesión, el consenso y el orden. En otras
palabras, las diversas estructuras sociales realizaban una gran variedad
de [unciones positivas recíprocas. Entendemos ahora por qué a Parsons se
le describe principalmente como un [uncionalistu estructural. Cuanta más
fama obtenía. Más fuerza adquiría la teoría estructural-funcional en los
Estados Unidos. Su obra yace en el corazón de esta teoría, aunque sus
estudiantes y discípulos también se esforzaron por desarrollar aún más la teoría
y por aumentar su predominio en los Estados Unidos.
TEORÍA DEL SISTEMA
Uno
de los desarrollos más interesantes en la sociología ha sido la ascensión meteórica
y la caída igualmente meteórica de la teoría de sistemas. La teoría de sistemas
apareció aproximadamente en la década de los sesenta, y llegó a su punto
culminante con la publicación en 1967 de la obra de Walter Buckley Sociology
and Modern Systems Theory [La sociología y la moderna teoría de
sistemas].
La teoría de sistemas se deriva de las ciencias duras,
que consideran tanto las entidades orgánicas como las mecánicas en términos de
sistemas. La teoría de sistemas ve la sociedad como un enorme
sistema constituido por una serie de partes interrelacionadas. Es necesario
examinar la relación entre las partes, así como también las relaciones entre el
sistema y otros sistemas sociales. También se estudian de las entradas [impuls]
que penetran en el sistema social, el modo en que la sociedad procesa esas
entradas y los productos resultantes.
Durante la década de los sesenta los sociólogos se
sintieron atraídos por la teoría de sistemas. El funcionalismo estructural era
objeto de numerosas críticas y parecía que la teoría de sistemas era su sucesora.
Después de todo, Parsons tituló su libro de 1951 The Social Syslem [El
sistema social], escrito en unos términos que se asemejaban a los de la teoría
de sistemas. Además, la teoría de sistemas, arraigada en las ciencias duras, tenía
atractivo para los sociólogos interesados en fomentar la sociología científica.
Con todo, fue una perspectiva brillante que no \legó a florecer. Apenas se
trabajó con ella teórica o empíricamente. Once años más tarde de la publicación
del libro de Buckley, Robert Lilienfeld (1978) publicó una acerba crítica de la
teoría de sistemas denunciando sus deficiencias, sus pretensiones científicas y
su ideología implícitamente conservadora.
EL NEOMARXISMO
El neo marxismo fue una escuela del
siglo XX; es también usado para describir la oposición a desigualdades
experimentadas por países en vías de desarrollo en el nuevo orden económico
internacional. Una de las ramas del neo marxismo es la teoría crítica: Se
denomina Teoría crítica a las teorías del conjunto de pensadores de diferentes
disciplinas asociados a la Escuela de Frankfurt: Adorno, Walter Benjamín, Max
Horkheimer, Marcuse, Jürgen Habermas, Oskar Negt o Hermann Schweppenhäuser,
entre otros. En 1923 se funda en Frankfurt, un instituto para la investigación
social “la Universidad de Frankfurt” que se propone dar importancia a factores
sociales, psicológicos y culturales; con la llegada al poder del partido
Nacionalsocialista Obrero Alemán en 1933, sus miembros se ven obligados a huir
de Alemania. En las primeras investigaciones se llevaron a cabo en Estados
Unidos. La teoría crítica se proponía ampliar el concepto de razón, de manera
que el pensamiento se liberara de los límites marcados por la práctica
empirista. Max Horkheimer centró su crítica al positivismo en el libro Crítica
de la razón instrumental, publicado en 1946.
TEORÍA DEL
CONFLICTO
Otra
corriente precursora de una auténtica unión entre el marxismo y la sociología se
concretó en el desarrollo de una teoría del conflicto alternativa al
funcionalismo estructural. Como acabamos de ver, el funcionalismo estructural
apenas había obtenido el liderazgo de la teoría sociológica cuando empezó a
sufrir cada vez más ataques. Los ataques provenían de muchos frentes: se
acusaba al funcionalismo estructural de cosas tales como ser políticamente
conservador, incapaz de tratar el cambio social debido a su interés por las
estructuras estáticas, e inadecuado para analizar correctamente el conflicto
social.
Uno
de los resultados de estas críticas fue el esfuerzo que hizo un cierto número
de sociólogos para superar los problemas del funcionalismo estructts-al integrando
el interés por la estructura con el interés por el conflicto. Esta tarea desembocó
en el desarrollo de una teoría del conflicto alternativa al
funcionalismo estructural. Lamentablemente, ese esfuerzo parecía a menudo poco
más que la imagen invertida del funcionalismo estructural, demostrando escasa
coherencia intelectual.
El primer esfuerzo de relieve fue un libro de Lewis
Coser sobre las funciones del conflicto social (1956). Esta obra intentaba
analizar el conflicto social desde una perspectiva estructural-funcional del
mundo. Aunque resulta de gran utilidad para el análisis de las funciones del
conflicto, es un estudio del conflicto en sí, más que un examen de sus
funciones positivas.
El gran problema de la mayor parte de las teorías del
conflicto era que carecían de lo que más necesitaban: un anclaje coherente en
la teoría marxista. Después de todo, la teoría marxista se desarrolló al margen
de la sociología y debió haber proporcionado fundamentos sobre los que
desarrollar una sofisticada teoría sociológica del conflicto. La única excepción
digna de mención es el trabajo de Ralf Dahrendorf (nacido en 1929). Dahrendorf
es un estudioso europeo muy versado en la teoría marxista. Su intención era
engastar su teoría del conflicto en la tradición marxista. Sin embargo, al
final, su teoría del conflicto parecía más un reflejo especular del fun ESBOZO
Nacionalismo estructural que una teoría marxista del
conflicto. La principal obra de Dahrendorf Class and Class Conflict in
Industrial Socíety [Las clases sociales y su conflicto en la sociedad
industrial] (1959), supuso el trabajo más influyente en la teoría del
conflicto, pero ello se debía principalmente a que parecía alinearse más con el
funcionalismo estructural que con la corriente principal de la sociología. Es
decir, Dahrendorf operaba en el mismo nivel de análisis que los funcionalistas
estructurales (estructuras e instituciones) y analizaba las mismas cuestiones
que ellos. (En otras palabras, el funcionalismo estructural y la teoría del conflicto
forman parte del mismo paradigma; véase el Apéndice.) Reconocía que aunque
algunos aspectos del sistema social podían adaptarse bastante bien, también
cabía el conflicto y la tensión entre ellos.
Debemos mencionar también la contribución de Randall
Collins (1975, 1990) a la torta del conflicto. Por una parte, el esfuerzo de
Collins acusa la misma debilidad que los otros trabajos pertenecientes a la
tradición del conflicto: su pobreza cuando se lo compara con la tradición
marxista. No obstante, Collins ha identificado otra debilidad de la tradición
del conflicto, y ha intentado superarla. El problema es que la teoría del
conflicto se centra generalmente en las estructuras sociales; tiene poco o nada
que decir sobre los actores y sus pensamientos y acciones Collins. Que se formó
en la tradición fenomenológica y etnometodológica (véase más abajo), ha
intentado desarrollar la teoría del conflicto en esta dirección.
FENOMENOLOGÍA
La filosofía de la
fenomenología, centrada en el análisis de la conciencia, tiene una larga
historia, pero el mayor esfuerzo por desarrollar una variante sociológica de
la fenomenología se le puede atribuir a Alfred Schutz en su obra The Phenomeno!
ogy (f the Socia! World [La fenomenología del mundo social],
publicada en Alemania en 1932.
Schütz
partió de la filosofía fenómenológicade Edmund Husserl, que se había propuesto
una comprensión interna del ego trascendental, y le dio un giro externo hacia
la intersubjetividad. A Schütz le interesaba sobre todo el modo en que las personas
aprehenden la conciencia de los otros mientras viven en la corriente de su propia
conciencia. Schütz también usaba el término intersubjetividad en un sentido
amplio para referirse al mundo social, en especial a la naturaleza social del
conocimiento.
Gran
parte del trabajo de Schütz se centra en un aspecto del mundo social que denomina
el mundo de la vida, o mundo de la vida cotidiana. Es un mundo intersubjetiva
en el que la gente crea la realidad social, a la vez que está sujeta a las
constricciones que ejercen las estructuras sociales y culturales previamente creadas
por sus antecesores. Aunque muy buena parte del mundo de la vida es compartida,
existen también aspectos privados (biográficamente articulados) del mundo.
Dentro del mundo de la vida, Schütz diferenciaba entre las relaciones íntimas
cara a cara (erelaciones entre nosotros») y las relaciones distantes e
impersonales (creaciones entre ellos»). Mientras que las relaciones cara a cara
son de gran importancia en el mundo social, a los sociólogos les es mucho más
fácil estudiar científicamente las relaciones más impersonales. Si bien Schütz
giró desde la conciencia hacia el mundo intersubjetivo de la vida, aportó
penetrantes intuiciones sobre aquella, especialmente en sus reflexiones sobre
el significado y los motivos de las personas.
En
conjunto, Schütz estudió la relación dialéctica entre el modo en el que construimos
la realidad social y la inexorable realidad social y cultural que heredamos de
los que nos han precedido en el mundo social.
A mitad de los años sesenta se produjeron desarrollos
cruciales para la sociología fenomenológica. No sólo se tradujo la gran obra de
Alfred Schütz y se publicó una colección de sus ensayos, sino que Peter Berger
y Thomas Luckmann coescribieron un trabajo titulado The Social Construction
of Reatíty [La construcción social de la realidad] (1967), que se convirtió
en uno de los libros de teoría sociológica más leídos de su tiempo. Esta obra hizo,
al menos, dos importantes contribuciones. En primer lugar, constituía una introducción
a las ideas de Schütz presentadas de tal modo que las hacía accesibles para una
gran audiencia estadounidense.
En segundo lugar, representaba un esfuerzo para
integrar las ideas de Schütz con la corriente principal de la sociología. Desde
1967 la fenomenología no ha hecho sino ganar popularidad en el ámbito de la
sociología.
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