lunes, 22 de enero de 2018

CARLO MAGNO



CARLO MAGNO
“El último de los lombardos” 


El curso de la vida de Carlomagno lo llevó a ser reconocido por la Santa Sede como su principal protector y coadjutor en lo temporal, desde Constantinopla hasta por lo menos Basilea en Occidente. La época de Carlomagno también fue una de reforma para la Iglesia gala, y de la fundación de la Iglesia en Alemania, la cual estuvo marcada por el florecimiento de la erudición, hecho que fructificó en las grandes escuelas cristianas de los siglos doce y posteriores.
Su nombre dado por posteriores generaciones a Carlos, Rey de los francos, primer soberano del Imperio Cristiano de Occidente; nació el 2 abril de 742; murió en Aachen (Aquisgrán), el 28 enero de 814.
Durante la época del nacimiento de Carlos, su padre, Pipino el Breve, Mayordomo del Palacio, de la línea de Arnulfo, era, en teoría, sólo el primer súbdito de Childerico III, el último rey Merovingio de los francos; pero su modesto título implicaba un poder real, militar, civil, e incluso eclesiástico, del cual la corona de Childerico era sólo un símbolo.

 Carlos, ungido para ocupar el cargo real siendo aún un niño, aprendía los rudimentos del arte de la guerra mientras iba creciendo, acompañando a su padre en varias campañas. Estas primeras experiencias fueron importantes, pues desarrollaron en el muchacho aquellas virtudes militares que, unidas a su extraordinaria fuerza física y a su intenso nacionalismo, lo hicieron un héroe popular de los francos mucho tiempo antes de que fuese su legítimo rey.
Asimov menciona que de acuerdo con la antigua y absurda costumbre franca, que Pepino siguió fielmente, ambos hijos heredaron una parte del Reino. Carlos recibió las regiones costeras. Carlomán murió poco tiempo después Y Carlo magno se apoderó de sus dominios..
Carlos tenía que defender sus propias fronteras contra los paganos y también proteger Roma contra los lombardos. Los sajones eran una horda de paganos salvajes que no daban a los misioneros cristianos ninguna esperanza salvo el martirio; estaban en un mismo territorio, pero, normalmente, no tenían ningún tipo de organización política común, y siempre realizaban devastadoras incursiones en tierras de los francos. Carlos no podía aguantar sus devastadores hábitos ni su intolerancia pagana; además, era imposible hacer las paces de manera permanente con ellos, mientras vivieran según la antigua costumbre teutónica de tener sus pueblos independientes. Hizo su primera expedición a este país en julio de 772, tomó Eresburg por asalto, y quemó a Irminsul
En la primavera de 773 Carlos reunió toda la fuerza militar de los francos para invadir Lombardía. Sus golpes eran lentos, pero golpeaba muy duro. Los siguientes veinte años de la vida de Carlos pueden ser considerados como larga guerra. Estuvieron llenos de una serie de asombrosas marchas rápidas de extremo a extremo de un continente cruzado por montañas, pantanos y bosques, y con pocos caminos.
En el año 800, su trabajo militar consistió, principalmente, en suprimir revueltas de los recién conquistados o dominar a los celosos príncipes súbditos descontentos. En tres ocasiones, durante estos quince años, los sajones se sublevaron, pero sólo para ser derrotados.
Dos días después (en Navidad de 800) se dio el evento más importante en la vida de Carlos. Durante la Misa pontifical celebrada por el Papa, cuando el rey se arrodilló para rezar delante del altar mayor, bajo el cual están los cuerpos de San Pedro y San Pablo, el Papa se le acercó, y le puso en la cabeza la corona imperial, lo hizo una reverencia formal como se acostumbraba en la antigüedad, lo saludó como Emperador y Augusto, y lo ungió, mientras los romanos estallaban en grandes aclamaciones, por tres veces repitieron: "A Carlos Augusto, coronado por Dios, emperador poderoso y pacífico, larga vida y victoria"
La devoción personal que Carlos le tenía a la Sede Apostólica, es bastante conocida, se llama a sí mismo, el "devoto defender y humilde ayudante de la Santa Iglesia", era especialmente aficionado a la basílica de San Pedro, en Roma. La obra principal de Carlomagno en el desarrollo de la Cristiandad Occidental, puede ser considerada terminada si en ese momento moría. Todo lo que añadió durante los trece años que le quedaron de vida, no aumentó la estabilidad de su estructura de manera perceptible. Su poder militar y su instinto para la organización fue aplicado con éxito a la formación de un poder material obligado a apoyar al papado.
La vida de Carlomagno estuvo llena de movimiento, realizando largos viajes, y mostrando gran interés por el desarrollo agrícola del reino, y por el crecimiento del comercio, tanto doméstico como extranjero. La obra legislativa en lo civil que realizó Carlos, fue principalmente la de organizar y codificar los principios de las antiguas leyes francas.
Entre sus principios, es importante señalar uno, en el que se decía que ningún hombre libre podía ser privado de su vida o libertad, sin un juicio realizado por los de su misma condición. El espíritu de su legislación era antes que nada religioso; reconocía como base y norma los cánones eclesiásticos, estaba habituado a someter sus proyectos de ley a los obispos, y a dar autoridad civil a los decretos de los sínodos. Más de una vez hizo leyes a sugerencia de Papas u obispos. Buscó elevar y perfeccionar al clero, tanto monacal como secular, a estos últimos, por medio de la Vita Canónica o vida en común. Se reconoció y protegió la inmunidad eclesiástica.
Al leer una descripción física y moral de Carlomagno se siente la necesidad de imaginar a ese gran hombre que lucho con gran dedicación por su pueblo y las carencias que tenía. De manera personal me sentí impresionada al leer la impresionante biografía de este gran hombre de la historia.

Bibliografía
Asimov Isaac, La Alta Edad Media, Edo. de México, Alianza,1983.

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